Pekín.- Dos fuertes terremotos ocurridos en las últimas 24 horas en China, uno en la provincia de Sichuan (centro) y otro en la región noroccidental de Xinjiang, causaron al menos 19 muertos y 280 heridos, mientras equipos de rescate trabajan en ambas zonas en busca de más víctimas.
Todos los fallecidos fueron víctimas del primero de los seísmos, ocurrido a las 21-19 hora local del martes (13-19 GMT) en la comarca de Jiuzhaigou (Sichuan), donde se encuentra uno de los parques naturales más visitados del país, por lo que miles de turistas se vieron afectados.
Este seísmo causó según las últimas cifras oficiales 19 muertos y 247 heridos, 40 de ellos en estado grave, y tuvo su epicentro a 33,2 grados latitud norte y 103,82 longitud este, con una profundidad de 20 kilómetros, según el Centro de Redes Sismológicas de China.
Golpeó una provincia, Sichuan, que en 2008 sufrió uno de los peores terremotos de las últimas décadas, con cerca de 90.000 víctimas entre muertos y desaparecidos.
Decenas de equipos de rescate y un millar de efectivos de diversos cuerpos estatales desplazados al lugar trabajan para intentar rescatar a más víctimas de este terremoto.
Hasta el momento más de 30.000 turistas han sido evacuados de la región y otros 10.000 permanecen varados a la espera de ser rescatados, ya que los deslizamientos de tierra han bloqueado numerosas carreteras.
Unos 800 miembros de equipos de salvamento están trabajando en las aldeas afectadas en busca de posibles víctimas atrapadas bajo los escombros.
Más de 90 vehículos y 1.200 personas están involucradas en los trabajos de rescate. El presidente chino, Xi Jinping, pidió que se hagan todos los esfuerzos para organizar las tareas de atención a los heridos, y el primer ministro, Li Keqiang, también exhortó a las autoridades locales a hacer todo lo posible para auxiliar a los afectados. Jiuzhaigou es un valle famoso por sus cataratas y sus formaciones kársticas, que atraen cada año a grandes cantidades de turistas.
Dos de los afectados son una turista francesa, que resultó herida en las piernas, y otra canadiense, herida en la cabeza, que se encontraban visitando la zona, informó la agencia oficial Xinhua.
La comarca de Jiuzhaigou y sus cercanías se han visto afectadas por al menos tres grandes terremotos y otros desastres naturales durante la última década.
Además del terremoto de 2008, otro en abril de 2013 de magnitud 7 alcanzó Lushan, a unos 360 kilómetros al sur de Jiuzhaigou, y mató a 196 personas.
En junio de este año, un derrumbe afectó la cercana comarca de Maoxian, 180 kilómetros al sur de Jiuzhaigou, y dejó 83 desaparecidos bajo los escombros. Según explicó Jiang Haikun, un experto del Centro de Redes de Terremotos de China, la zona sufre los frecuentes movimientos geológicos de la cercana falla de Longmenshan, considerada una de las zonas sísmicas más activas de China.
El segundo terremoto se produjo hoy a miles de kilómetros al noroeste de Jiuzhaigou, en la comarca de Jinghe de la región de Xinjiang, próxima al Asia Central, y causó al menos 33 heridos -dos en estado grave- así como daños en un millar de casas, de las que 142 quedaron completamente derrumbadas.
El seísmo se produjo a las 7.27 hora local (23.27 GMT del martes) y más tarde se registraron 121 réplicas, según los centros de monitorización sismológica de China.
Las autoridades de Xinjiang cancelaron o detuvieron más de 60 servicios ferroviarios y destinaron equipos de bomberos, sanidad y otros departamentos a la zona afectada, adonde se ha enviado ayuda humanitaria en forma de tiendas, mantas, abrigos y otros enseres.
Sismólogos consultados por el diario South China Morning Post opinaron que no parece haber una relación directa entre los dos fuertes temblores ocurridos ayer y hoy, debido a la distancia que los separa, y destacaron que el oeste de China es una zona de frecuentes temblores debido a sus características geológicas.
La mitad occidental de China sufre frecuentes temblores debido a la fricción de las placas tectónicas asiática e india, aunque en muchas ocasiones estos seísmos tienen su epicentro en zonas de baja densidad de población, como la meseta tibetana o los desiertos del Asia Central.