Los rescatistas iraníes buscaban este lunes a posibles sobrevivientes del sismo de magnitud 7.3 que el domingo por la noche sacudió el oeste de Irán y varias regiones iraquíes, dejando más de 400 muertos y varios miles de heridos.
La mayoría de las víctimas de la catástrofe fueron registradas en Irán, en donde el balance provisorio aumentaba hasta 407 muertos y cerca de 6,700 heridos todos en la provincia occidental de Karmanshah, fronteriza con Irak.
En este último país el balance oficial del drama ascendía a 8 muertos y 336 heridos. Con la caída de la noche, las autoridades se enfrentaban al desafío de refugiar y alimentar a decenas de miles de personas obligadas a dormir en la fría intemperie por segunda noche consecutiva.
“Las necesidades inmediatas de la gente son las tiendas, agua y alimentos”, declaró a la televisión estatal iraní el general Mohamad Ali Yafari, jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite de la República Islámica, durante una visita a las zonas afectadas.
11 kilómetros de profundidad
El temblor se produjo en la localidad iraní de Azgale, en la provincia de Kermanshah, a 11 kilómetros de profundidad, según el Centro Sismológico de Irán, y se sintió tanto en Teherán como en Bagdad, así como en lugares distantes como Kuwait.
A lo largo de la noche del domingo y la madrugada de este lunes hubo una treintena réplicas a ambos lados de la frontera, la más fuerte de ellas, de 5.3 grados, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Las poblaciones más afectadas en Irán fueron Ghasr Shirin, Sarpul y Azgale, aunque todavía es difícil cuantificar los daños debido a los cortes producidos en las carreteras de montaña y a que tanto las comunicaciones telefónicas como el sistema eléctrico han sufrido cortes.
Las televisiones kurdoiraquíes mostraron imágenes de edificios derrumbados en Darbandiján, así como escenas de pánico de la población en varias poblaciones.
El sismo también abrió grietas en la superficie de la presa de la central hidroeléctrica de Darbandiján, ubicada en el lago homónimo, según afirmó el director de esa instalación, Rahman Jani, en un comunicado.
Debido al peligro a un derrumbe, aunque no se conoce todavía el alcance de los daños, el director de la presa hizo un llamamiento a la población que vive río abajo para que abandone sus hogares.