Septiembre 11, una fecha inolvidable para el mundo
El 11 de septiembre del 2001 el teléfono sonó para despertarme. Era Sharon que me llamaba del trabajo y con urgencia me decía: corre, corre, prende la televisión, que un avión se estrelló contra una de las torres en Nueva York. Lo primero que dije fue: Dios mío, pues pensé en la gente no solo en el avión sino en el edificio y los trenes que pasaban por abajo. Recordé que Nilda, la esposa de mi primo, trabajaba en la óptica del primer piso de una de las torres y corrí al televisor y llame a Nueva York enseguida. Por suerte ella no había ido al trabajo ese día.
El derrumbe de las torres fue algo que lloré toda la mañana frente al televisor, pues para mí fue algo muy personal ver como destruían algo que durante tantos años fue un gran orgullo para todos. Allí llevaba a mis familiares y amigos cuando nos visitaban en Nueva York; allí trabajaban miles y allí perecieron miles de inocentes.
La mañana del 9/11 fue algo que me dejó sin fuerzas y peor aún llegar luego al periódico y tener que seguir viviendo la tragedia según hacíamos el periódico con las noticias y las fotos del acontecimiento día tras día y año tras año.
La tragedia del 9/11 es algo que aún vivimos todos los días pues las guerras no han terminado, los atentados en diferentes países siguen en aumento, y los gobiernos de Occidente no se ponen de acuerdo para terminar con el problema. Yo pienso que todos los días son y seguirán siendo un muy largo 9/11.
